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lunes, 4 de mayo de 2015

Si las leyes se hicieran bajo la óptica "ponte un casco"



Culpar al más vulnerable es una forma muy sencilla de darle vuelta a un problema. El caso que más cerca tenemos los que acostumbramos a movernos en bici es el del uso del casco. Pobre de aquel que sea atropellado, aventado o caiga en un bache y no lleve casco en la cabeza, porque se va directo a la hoguera de la Santa Inquisición urbana.

Desde la óptica "ponte un casco", el culpable es el más vulnerable y nunca las circunstancias que lo hacen vulnerable. Para explicar esto mejor, vamos a imaginar que todo se legislara bajo esa óptica. 


Caso 1. Mujeres golpeadas por su pareja. Si seguimos la lógica de los defensores a ultranza de los accesorios de seguridad, su opinión sería: "Luego de analizar la cantidad de casos de violencia en parejas, hemos dado un gran avance en declarar, como obligatorio, que toda mujer que sepa que su pareja es violenta, porte una careta y un protector de dientes. Por lo tanto, a partir de ahora, toda mujer que sea golpeada por su pareja y no lleve accesorios de protección, será culpable y responsable de sus lesiones".

Caso 2. Muertes por asalto a mano armada o narcobloqueos. "Tras la ola de violencia que se vive en las calles, incluyendo asaltos y narcobloqueos, a partir de hoy, todo civil que no porte un chaleco antibalas y sea alcanzado por un proyectil, será declarado culpalbe por imprudencia. Sabiendo que las calles son inseguras, es responsabilidad de los civiles, transitar en espacios públicos con el mínimo de seguirdad. Chaleco antibalas para todos".


Caso 3. Botas con casquillo para peatones. "Sabemos que las banquetas están en pésimo estado, y con el afán de proteger a todos los peatones, declaramos como obligatorio el uso de botas industriales con casquillo de acero para que ya no se lastimen el dedo gordo cada vez que se tropiecen con una banqueta chueca, un metal o un hoyo. Por un México con pies seguros, casquillo para todos".

Caso 4. Casco obligatorio para ciclistas. "En el último año han muerto muchos ciclistas en las calles, y como es de suma importancia su seguirdad, este gobierno tiene la dicha de compartirles que, a partir de hoy, todo el peso de la ley caerá sobre el ciclista que no lleve casco. No invertiremos en infraestructura ciclista ni haremos esfuerzos inútiles para reducir la velocidad de los automóviles. Haremos que los ciclistas usen la cabeza (como tumbaburros). El casco, es para todos".

La invitación es que los ciclistas que no se han cansado en hacer campaña por el uso del casco (que no está mal), entreguen sus energías en exigir soluciones de raíz: prevenir accidentes.