Adsense Horizontal

martes, 20 de agosto de 2013

Cletofilia, un sueño que nació entre el pecho y la Luna

Hace cuatro años inicié un proyecto editorial para retratar lo que estaba sucediendo en las calles de la Ciudad de México. Había escuchado que grupos de ciclistas se estaban organizando para hacer rodadas y también se había llevado a cabo el Primero Congreso Nacional de Ciclismo Urbano. Había algo qué contar al respecto.

En ese entonces yo escribía para una revista de ciclismo deportivo, hacía pruebas de bicis de montaña y de ruta. Así que el tema urbano no tenía espacio en esa revista. Aunque lo propuse un par de veces, no les pareció interesante.

Las ideas no se hacen reales hasta que se comparten, según yo. Así que les platiqué a dos amigos, un fotógrafo y un diseñador. Les dije que deberíamos hacer una revista que hablara de la bicicleta, pero como medio de transporte, no como deporte.

Esa misma tarde, después de platicar la idea durante la hora de comida, llegamos a la oficina y comencé por abrir una cuenta en Facebook y otra en Twitter. El nombre ya lo tenía en mente desde varias semanas atrás, una palabra inventada que expresaba el amor por las bicicletas, o las cletas como algunos le llamamos en México. Así nació el concepto de Cletofilia.

El paso siguiente fue abrir un sitio web con secciones. Agregamos una sección de ciclismo deportivo para atraer más público, pero el ciclismo urbano siempre fue nuestro principal interés.

Fue el 7 de febrero cuando dimos de alta el dominio Cletofilia.com y comenzamos a publicar. Dos años después, viendo que hacer una edición impresa quedaba muy lejos de nuestras posibilidades, decidimos hacer una edición digital que se descargaba en formato PDF. Así hicimos 19 números.

Para 2012 yo había montado un despacho editorial en el que editamos revistas a una casa editorial que importa títulos de Inglaterra y Estados Unidos. Su dueño, Marco Bueninck, sabía que hacíamos también la revista Cletofilia, y un día platicamos la opción de imprimirla.

De esa plática a la fecha en que comenzamos a editar el primer número impreso, pasó un año, aproximadamente.


Hoy, es martes 17 de agosto, y llevo casi tres semanas enfocado enteramente a este proyecto editorial, revisando pruebas a color, fotografías, textos, organizando la fiesta y un rally. Faltan dos días para que la imprenta me envíe las primeras revistas a la oficina. 

En este camino he conocido mucha gente que comparte el mismo amor por las bicicletas y las historias que se cuentan de ellas. Puedo decir que he encontrado inclusive el amor y algunos desencantos.  Y lo más importante es que, confirmo, que un sueño que se siente entre el pecho y la luna, seguro se hace realidad, sólo hay que seguir soñándolo y disfrutándolo todos los días.