Ayer mientras me mostraban los parques, paseos y edificios, no podía relacionar lo que veía con lo que las noticias cuentan de esta ciudad. No quiero decir que sea mentira el estado de inseguridad que se ha vivido aquí, pero creo que hay muchas otras cosas que valen la pena contar de este lugar.
Vale la pena decirles que si toman la bici una tarde y cruzan el Parque Fundidora, habrán visto uno de los complejos culturales más modernos y bonitos del país. Que verán gente en las calles y niños jugando. Que si siguen avanzando por el paseo Santa Lucía llegarán a una plaza con una vista hermosa donde pueden parar por un helado argentino.
Que el centro de la ciudad está reviviendo y que incluso hay un lugar donde puedes intercambiar libros, películas o disfrutar de una obra de teatro, o arreglar tu bicicleta, y que se llama Mamamor.
Que hay una casa bicicletera donde reciben a los viajeros de dos ruedas. Que también hacen parrilladas vegetarianas y que no todos comen carne.
En fin, que es una ciudad que se está moviendo y que tiene ganas de que algún día se mueva al ritmo de la bicicleta.
